¿Quién me impidió, habiendo dado algo a Dios en primer lugar, habiéndome convertido en su acreedor, para que le pagara? ¿Quién de todos los hombres tiene derecho a reclamar algo de la mano de Dios? Todo lo que hay debajo de todo el cielo es mío; por tanto, no le debe nada a ninguna criatura. A estos hechos, el Señor agrega una descripción impresionante de la estructura y el modo de vida del cocodrilo.

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