Se cumplió el castigo de tu iniquidad, oh hija de Sion, quitada su culpa por la misericordia de Jehová; No volverá a llevarte al cautiverio, ni hará que se ejecute otra sentencia de destierro; Visitará tu iniquidad, hija de Edom; Él descubrirá tus pecados, es decir, los descubrirá con el propósito de imponer Su castigo. Así surge la idea mesiánica, incluso en medio de la miseria y la aflicción, con el mismo consuelo del Evangelio que es el nuestro hoy.

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