Y el sumo sacerdote entre sus hermanos, escogido para ese puesto de entre sus hermanos, los hijos de Leví, sobre cuya cabeza se derramó el aceite de la unción, y que está consagrado para ponerse las vestiduras, no descubrirá su cabeza, andar descuidado, ni rasgar sus vestidos, otra de las marcas habituales del duelo, precepto que fue ignorado por Caifás durante el juicio de Cristo, Mateo 26:65 ;

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