Rogad a vuestra madre, los miembros de Israel, como hijos de una mujer adúltera, a quienes se dirigen, suplicad; porque ella no es Mi esposa, ella ya no era la esposa de Jehová, ni yo su Esposo, porque Él se había visto obligado a rechazarla a causa de su adulterio; Quite, pues, de su vista sus fornicaciones, es decir, la idolatría desvergonzada que se practicaba en todo Israel en ese tiempo, y sus adulterios entre sus pechos, porque Israel, en su desvergüenza, era como una ramera pública, que exhibe su profesión en sus pechos desnudos,

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