v. 26. El que retiene el trigo, como se hace hasta el día de hoy en el llamado comercio de "futuros" y "rincones de trigo", el pueblo lo maldecirá, porque tales manipulaciones especulativas elevan el precio de las necesidades de vida; pero la bendición recaerá sobre la cabeza del que la venda, no reteniéndola con fines de especulación, sino disponiéndola según sea necesario.

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