El que retiene el trigo— La verdad de esto se experimenta en todos los tiempos de escasez. Aquellos que tienen la dureza de corazón para retener su trigo en tales temporadas, son malditos de Dios y de los hombres. La justicia de Dios no se manifiesta sobre aquellos que son insensibles a las miserias del público y que no temen atraer sobre sí mismos el odio y las maldiciones del pueblo. Los latinos tienen un proverbio paralelo al de Salomón. Qui flagellat annonam, Dardanarius. Ver Amós 8:5 y Calmet.

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