Al que retiene trigo, el pueblo lo maldecirá, pero bendición sobre la cabeza del que lo vende.

Ver. 26. El pueblo lo maldecirá, ] es decir, se quejarán y clamarán de él, como lo hizo el pueblo de Roma con Pompeyo en otro caso. Nostra miseria tu es magnus. Nuestra miseria es tu grandeza. En otro caso, digo; porque en esto debo absolverlo, recordando ese discurso suyo, cuando, estando en su oficina para traer maíz de un país lejano para las necesidades del pueblo, y deseaba por sus amigos quedarse para un mejor viento, izó velas, y dijo: Necesse est ut eam, non ut vivam - hay una necesidad de que me vaya, no de mi vida; si perezco, perezco. De ahí que fuera el Corculum del pueblo , o la novia, como se dice de Scipio Nasica.

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