v. 8. El rescate de la vida de un hombre, aquello con lo cual puede comprar inmunidad para sí mismo y posiblemente hasta salvar su vida, son sus riquezas; pero el pobre no escucha la reprensión, es decir, ninguna advertencia o amenaza surtirá efecto en su caso, porque no tiene nada que entregar al ladrón o al chantajista.

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