v. 32. Mejor es el que es lento para la ira, manteniéndose siempre bien en las manos, controlando su temperamento que el valiente, un campeón de lucha, que siempre está comprometido en la batalla; y el que gobierna su espíritu, reprimiendo su temperamento, que el que toma una ciudad, porque no pelear y pelear ante la menor provocación es el signo de grandeza de mente, sino una mansedumbre que es capaz de controlar los sentimientos y ganancias de una persona. su punto por su tranquilidad muy inquebrantable.

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