No a nosotros, oh Señor, no a nosotros, la repetición del grito que sirve para dar énfasis, sino a tu nombre da gloria, para que su esencia y sus atributos sean debidamente proclamados ante todos los hombres, por tu misericordia, su libre, inmerecida favor, y por amor a tu verdad, a causa de la fidelidad expresada en las promesas de su Palabra. Es la gloria de Dios, y solo eso, por lo que los fieles siempre se preocupan, no por su propio honor.

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