Sé exaltado, Señor, en tu propia fuerza, con la gloria que por derecho le perteneció por esta poderosa liberación; así cantaremos y alabaremos Tu poder. Así, los creyentes siempre reconocen y alaban la misericordia de Dios y la maravillosa manifestación de su poder, quien en Jesucristo les ha dado una perfecta y eterna liberación.

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