Ciertamente todo hombre camina en un espectáculo vano, una sombra insustancial como la imagen de sí mismo proyectada en el suelo por la luz; Seguramente se inquietan en vano, sólo por un respiro hacen ruido, todo su bullicio inquieto y ruidoso con el que se inquietan y se mueven y se codean y se empujan unos a otros para obtener riqueza y rango, es como un solo aliento; él acumula riquezas, que es la principal preocupación de la persona promedio en la vida, y no sabe quién las recogerá, adversarios deshonestos o herederos risueños que disfrutan del fruto de su trabajo. Con tales contemplaciones el creyente acalla la voz de su lamento y apaga el fuego de su murmullo.

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