Tú relatas mis andanzas, contando cuán a menudo y cuán lejos tuvo que huir David ante sus enemigos; pon mis lágrimas en tu botella, midiéndolas cuidadosamente y guardándolas como un registro de su miseria; ¿No están en tu libro? calculado y almacenado en la memoria del Señor.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad