Diré del Señor, que es la gloria del creyente: Él es mi Refugio y mi Fortaleza, Jehová, el Dios de gracia, que lo protege de los consejos y ataques de todos los enemigos; Dios mío, con énfasis en el pronombre; en él confiaré, cada creyente con confianza y alegría entregando su vida a la mano guiadora de Dios.

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