Lamento de David por Abner

2 Samuel 3:31

Fue un espectáculo noble cuando David siguió el féretro de Abner y lloró junto a su tumba. Olvidó que este hombre había sido su enemigo persistente y solo recordaba sus grandes cualidades personales. La coronilla de elegíacos que tejió para la tumba de Abner fue sólo superada por la que preparó para la de Saúl. No es extraño que todas las personas se dieran cuenta de ello y les agradara. Debemos tener especial cuidado de negar toda complicidad en las malas acciones de aquellos con quienes estamos asociados, y mantenernos alejados de los escombros que flotan a nuestro alrededor. El honor de la causa de Dios debe sernos más querido que la vida.

El cultivo de un espíritu noble y generoso, como el que David manifestó hacia Saúl y Abner, es un objetivo al que debemos ponernos con paciencia. Es el resultado de años de autodisciplina, de oración, de comunión con Dios. La vida es demasiado corta para permitir que sea consumida por pensamientos malvados y vengativos. ¡Entregue a Dios todos los pensamientos de represalia! Ciertamente debes resistir al malhechor, cuando los débiles e indefensos están en peligro; ¡pero por ti mismo, ama y conquista!

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