Se da en detalle el relato del llamamiento y santificación de los sacerdotes para el ejercicio de su sagrado oficio. Los valores sobresalientes se revelan en ciertas declaraciones claras. El propósito de la túnica de los sacerdotes se declara en las palabras: "... haz las vestiduras de Aarón para santificarlo, a fin de que me sirva en el oficio de los sacerdotes". Un estudio cuidadoso de la descripción de estas vestiduras revelará mucho de lo que es importante para comprender el pensamiento divino acerca del sacerdocio.

Tomándolos brevemente, no en el orden aquí descrito sino en el de la túnica real, notamos primero que la ropa interior debía ser de lino fino, símbolo de la necesidad de pureza personal. Cubriendo esto estaba el manto del efod, todo de azul, esto en imágenes orientales sugiriendo la necesidad de familiaridad con las cosas celestiales. La campanilla y la granada alternadas en las faldas de la túnica del sacerdote eran típicas de su obligación de testificar y dar frutos.

Sobre éstos se colocaba el efod mismo, prenda esencial de la función sacerdotal, mientras que sobre la cabeza descansaba la mitra sagrada o corona sacerdotal. Completando la gloriosa vestimenta había adornos de gran belleza. Pegada a la mitra de la cabeza había una placa con la inscripción "SANTO AL SEÑOR", cuyo significado es evidente. En los hombros, piedras de ónice grabadas con los nombres de las tribus indicaban el oficio de llevar sus cargas.

En el corazón descansaba el pectoral, con los nombres de las tribus inscritos allí también en piedras preciosas. En el centro de esto estaba el místico Urim y Thummim. Todo esto tenía la intención de enfatizar que el oficio del sacerdote era llevar a las personas en su corazón para descubrir la mente y la voluntad divinas que les conciernen.

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