Y toma contigo a Aarón tu hermano, y a sus hijos con él, de entre los hijos de Israel, para que me sirva en el sacerdocio, Aarón, Nadab y Abiú, Eleazar e Itamar, hijos de Aarón.

Toma tú... Aarón tu hermano. Moisés había desempeñado hasta ese momento las funciones sacerdotales ( Salmo 99:6 ), y demostró la piedad y la humildad de su carácter al cumplir de buen grado la orden de investir a su hermano con el oficio sagrado, aunque ello implicara la exclusión perpetua de su propia familia. El nombramiento fue un acto especial de la soberanía de Dios; de modo que no podía haber motivo de protesta popular por la selección de la familia de Aarón, con la que el cargo se estableció inalienablemente, y continuó en sucesión ininterrumpida hasta la introducción de la era cristiana.

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