Este círculo de profecía termina con un mensaje que describe el proceso hacia la restauración final y anuncia su certeza. El camino a la restauración es el camino del juicio, y esto el profeta lo anuncia primero en lenguaje figurado.

El primer asunto del juicio será la restauración del pueblo escogido de Dios, y el profeta se refiere a esto bajo la figura de la viña. Esta cifra contrasta notablemente con la del capítulo cinco. La viña del Señor de los ejércitos ahora se ve como guardada por Él y regada en todo momento, y la planta de Su elección se ve llenando el mundo de frutos. El proceso de tal restauración es el juicio, y el profeta lo declara en la siguiente sección del mensaje. Una viña arruinada es siempre el resultado de un fracaso, y el Señor no puede tener compasión de tal fracaso.

La última nota es esperanza. El pueblo quebrantado y esparcido debe regresar al sonido de la trompeta, y debe realizar su vocación más elevada, es decir, adorar a Jehová en su montaña santa en Jerusalén.

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