Aquí hemos conservado para nosotros el gran cántico de Débora, compuesto y cantado en celebración de la victoria. Está lleno de fuego y pasión y es un índice notable del carácter de la mujer misma. Puede dividirse en dos partes principales. Primero, los versículos uno al once son un gran canto de confianza, contando la historia del secreto más profundo de las victorias. Todo se atribuye al gobierno directo y a la actividad de Dios.

En él reconoció que los líderes se levantaron y la gente siguió como resultado de su inspiración. Por tanto, el cántico pronunció su alabanza. Sus hechos se celebraron desde Seir hasta el día en que Israel carecía de guerreros. Cantó la alabanza de Dios porque había gobernado a los gobernadores y al pueblo.

La segunda parte de la canción celebra la victoria. En el transcurso de la misma, derramó desprecio sobre los que no respondieron al llamado y no acudieron "en ayuda de Jehová contra los poderosos" y habló en términos de aprobación de los que respondieron. La canción cobra fuerza a medida que avanza y celebra la victoria, y en medio del gran estallido maldice a los neutrales y bendice a la mujer que asestó el golpe de muerte al tirano Sísara.

Finalmente, la canción se regocijó por la muerte del tirano en un lenguaje que emociona con imágenes y colores orientales. Todo termina con el grito: "Perezcan, pues, todos tus enemigos, oh Jehová"; y la oración: "Mas los que le aman, sean como el sol cuando sale en su fuerza". Después de esta liberación, la tierra volvió a descansar durante cuarenta años.

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