Esta es una canción de la derrota. Puede dividirse en tres partes. El primero es un reconocimiento de la causa de la derrota, que termina con una oración (versículos 60: 1-5). El segundo expresa la respuesta de Dios en el alma del cantante (versículos 60: 6-8). En el tercero hay una nota de impotencia, un grito de necesidad y un grito de confianza. En medio de una derrota evidentemente desastrosa, el cantante reconoce el gobierno de Dios.

Su llamado de ayuda se basa en el reconocimiento de la verdadera vocación del pueblo. Llevan un estandarte para mostrar la verdad. Tenga en cuenta el "Selah" en este punto, lo que sugiere una atención especial a este hecho. Por el bien de ese estandarte se eleva el grito de liberación.

Luego, el cantante habla de la respuesta, pero la nota suprema es "Dios ha hablado en su santidad".

Todas las bellas imágenes que describen el triunfo siguen a esa declaración. La victoria solo es posible en la santidad. La derrota es siempre el problema del pecado. Toda ayuda humana es impotente cuando Dios ha abandonado al pueblo. La canción termina con un grito de auxilio y una declaración de seguridad personal.

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