En este salmo se expresa aún más enfáticamente el principio del último. Comienza con la declaración: Mi alma espera sólo en Dios, y luego procede en tres estrofas para exponer este hecho.

El primero se abre con las palabras que ya hemos citado, y es una afirmación de confianza hecha en presencia de enemigos. De hecho, se dirige a ellos, declarando la relación de defensa que Dios tiene con él y apelando a ellos contra su ataque malicioso. El sentido de sus enemigos está con él como se evidencia en sus palabras:

No me conmoveré mucho.

En la segunda estrofa se dirige, puño, a su propia alma, y ​​luego apela a la gente, muy probablemente a aquellos sobre los que gobierna. Se repite a sí mismo lo que ha dicho a sus enemigos sobre la relación de Dios con él; y esta vez, con la mirada fija en Dios, alcanza un mayor nivel de confianza y dice:

Preferiría que no me movieran.

Finalmente, pone las falsas ayudas de las que dependen los hombres, en contraste con la única Ayuda del hombre, que es Dios mismo. Las falsas ayudas son "hombres de bajo grado", "hombres de alto grado", "opresión", "robo", "riquezas", y se declara la debilidad e inutilidad de todos.

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