'Si, pues, toda la iglesia se reúne y todos hablan en lenguas, y entran hombres indoctos o incrédulos, ¿no dirán que estás loco?'

Luego trae un segundo argumento, tomando el peor de los casos, que confirma lo dicho. Suponga que hay una reunión de toda la iglesia, y suponga que un incrédulo o alguien que no ha sido instruido entra y descubre que todos, uno por uno, hablan en lenguas (o incluso todos juntos) y nada más. ¿Cuál será su impresión? Simplemente dirá que están todos locos. Así que los dos argumentos enfatizan que aquellos que buscan pensarán que Dios no tiene nada que decirles, y aquellos que simplemente son curiosos los descartarán como locos.

El caso es improbable. No había forma de que toda la iglesia se reuniera y no hiciera nada más que hablar en lenguas. Es una exageración resaltar el punto.

Esto de ninguna manera indica que todos podrían hablar en lenguas, como tampoco el siguiente versículo significa que todos podrían profetizar. Es un caso teórico que pone de manifiesto la insuficiencia de las lenguas como medio de evangelización (bien podrían haber pensado que lo que ellos mismos vieron como algo maravilloso convencería a todos los demás también).

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