Y si es conveniente que yo también vaya, ellos irán conmigo.

Y les aseguró que si la situación era la adecuada y les resultaba conveniente y agradable, él mismo podría acompañarlos. Pero no hay ninguna sugerencia de que se le confíe el dinero. Habría sido una tontería por su parte exponerse a la posibilidad de acusaciones falsas. Pablo estaba muy consciente del peligro del dinero para un ministro cristiano.

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