“Oh Señor, nuestra es la confusión de rostro, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres, porque hemos pecado contra ti”.

Daniel repite su confesión de que solo pueden avergonzarse ante Dios. Los príncipes eran los jefes de las tribus. 'Los padres', los jefes de sub-tribus y grupos familiares. Todos eran los encargados de orientar el comportamiento de la gente.

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