Y al día siguiente entraron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, después de haber reunido a sus parientes y a sus amigos más cercanos.

Al llegar a Cesarea después de un día de viaje, encontraron a Cornelio esperándolos, habiendo reunido una multitud compuesta por sus parientes y amigos cercanos. Cornelio era un hombre de fe y confiaba en que si Dios estaba en él, el hombre vendría.

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