"Porque en verdad estamos en peligro de ser acusados ​​en relación con el motín de este día, no hay motivo para ello, y por lo que toca a él no podremos dar cuenta de este concurso".

Porque lo cierto era que todos corrían peligro de ser llamados a rendir cuentas por las autoridades romanas por el desenfreno de este día y este encuentro clandestino. Porque no podían producir motivos reales para excusar a uno o autorizar la tenencia del otro. (Si hubiera sido un cargo de blasfemia o el robo de un templo, habría sido un asunto diferente. Podría haberse visto como una justificación de tal reunión).

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