"Y cuando llegó, los judíos que habían bajado de Jerusalén lo rodearon, trayendo contra él muchas y graves acusaciones que no pudieron probar".

También estaban presentes en el tribunal los judíos que habían bajado de Jerusalén con ese propósito, y que lo rodeaban presentando contra Pablo 'muchas y graves acusaciones que no pudieron probar'. Sin embargo, era una máxima de la justicia romana, como de la justicia judía, que un hombre no podía ser condenado únicamente por una acusación. Debe haber pruebas y debe probarse un caso. Y Festo era un hombre justo.

Notamos que esta es la tercera oportunidad que Pablo ha tenido de hablar y testificar ante judíos prominentes. Podemos suponer que no todos fueron a prueba de su testimonio. Incluso entre estos hombres, algunos estaban siendo ganados para Cristo.

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