"Te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo".

Porque si no llegan a un acuerdo con Él, que estén seguros de que todos los pecados tendrán que ser contabilizados, serán responsables de toda su deuda. Esto no es una indicación de que eventualmente podrán, por así decirlo, encontrar una salida a su castigo final, porque está claro que en su caso su deuda final nunca podrá ser pagada. Es solo en situaciones terrenales donde, con suerte, las deudas se pueden pagar en el futuro para que se pueda ver como posible una vía de escape final.

Pero la corte celestial será intransigente. Como no han respondido a Jesús, se les exigirá hasta el último pecado. La frase realmente declara que tal posibilidad de liberación está fuera de discusión. Nunca sucederá.

La esperanza terrenal de ser salvado de la prisión del deudor sería la llegada de un pariente redentor para pagar su deuda por él. Pero aquellos que no han logrado conciliar con Jesús han perdido a su Pariente Redentor.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad