Y les dijo: "¿Dónde está vuestra fe?" Y atemorizados se maravillaban, y se decían unos a otros: "¿Quién, pues, es éste, que aun a los vientos y al agua manda, y le obedecen?" '

Entonces Jesús se volvió hacia sus discípulos y les preguntó: "¿Dónde está tu fe?" Ahora, bajo todas las circunstancias normales, esa sería una pregunta irrazonable. Ningún hombre tiene derecho a esperar que Dios lo proteja en todas las circunstancias. Solo se vuelve razonable si vemos que Él está indicando que deberían haber sabido que como el Mesías no podía morir hasta que hubiera completado Su obra, y que como Sus apóstoles elegidos, ellos también estaban a salvo, porque Dios los había elegido y, sin embargo, había un trabajo para todos ellos.

Los estaba despertando al hecho de que todavía no apreciaban realmente el privilegio que era suyo hasta tal punto que eran inmortales hasta que Dios retiró Su mano. Jesús tenía esa confianza. Ellos también necesitarían tenerlo.

Pero estaban asombrados y llenos de asombro. Nunca antes habían visto algo así, un hombre que pudiera hacer que el viento y las olas lo obedecieran y hiciera su voluntad. Sin embargo, no hay necesidad de ver a Jesús como viendo el viento y las olas como 'cuasi-personales' (como tampoco lo vio Dios en el Antiguo Testamento). Es simplemente una forma de indicar que toda la Creación obedece Su palabra y hace Su voluntad. Toda la creación cumple sus órdenes.

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