“Y en cualquier casa en la que entréis, quédate allí y de allí sal”.

Siempre que se les ofreciera hospitalidad en un lugar, debían permanecer allí todo el tiempo que estuvieran allí. Fue la provisión de Dios para ellos y no debe ser despreciado. Debían aceptar lo que Dios les había dado, no buscar cosas mejores para ellos. Tener cama y comida déjelos contentarse con eso.

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