“Que estas palabras se hundan en vuestros oídos, porque el Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres”.

Note el énfasis que Jesús pone en lo que dice. "Deja que estas palabras se hundan en tus oídos". No podría haber sido más enfático. ¿Y cuál fue el mensaje? "El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres".

El énfasis es interesante en vista de Su reciente Transfiguración. Qué vergüenza trae implícitamente al mundo. El glorioso Hijo del hombre, el amado Hijo de Dios, ha de ser entregado por Dios en manos de hombres pecadores y degradados. Y se asume lo que harán entonces. El hombre no es considerado digno de confianza, especialmente cuando se trata de bondad pura.

Estrictamente hablando, por supuesto, un hijo del hombre entregado en manos de los hijos de los hombres no debería haber sido un mal presagio. ¿No deberían tratar bien a los suyos? Lo que marca la diferencia es que Él es 'el Hijo del Hombre', el Justo que representa a 'los santos del Altísimo', y se asume que Su justicia, por lo tanto, sacará lo peor de los hombres.

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