“Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino el Padre solamente”.

Porque del tiempo de Su venida nadie sabe sin el Padre. Ni siquiera los ángeles del cielo ni el Hijo lo conocen. Una vez más, enfatiza Su singularidad como el único Hijo, aunque mientras está en la tierra Su conocimiento está limitado de acuerdo con los propósitos de la Deidad.

De ese día y esa hora. En otras palabras, sea cual sea el tiempo que sea, ya sea largo o corto. Note cómo esto se conecta con Mateo 25:13 confirmando la unidad del relato, y que este versículo es una parte integral del todo.

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