"Y también los insurrectos que fueron crucificados con él le echaron el mismo oprobio".

El tercero del trío que se burló de Jesús fueron los insurrectos que habían sido crucificados junto con él. Estos eran hombres que se habían rebelado contra el dominio romano y probablemente habían cometido un asesinato al hacerlo. Pero a los ojos de muchos eran verdaderos patriotas. Cualesquiera que fueran los males que pudieran haber hecho, habían dado sus vidas en la lucha contra los romanos. Pero a los ojos de Jesús lo habían hecho de la manera incorrecta, de la misma manera que Él a sus ojos lo había hecho de la manera incorrecta.

No es de extrañar entonces que cuando escucharon lo que los espectadores decían acerca de Jesús, y acerca de Su mesiadad, y acerca de que Él era el Hijo de Dios, se sintieron amargados. Probablemente habían tenido tantas esperanzas cuando oyeron hablar de Él por primera vez, al igual que muchas personas, especialmente frente a Sus maravillas, pero en su opinión, Él había resultado ser simplemente un petardo húmedo. Así también ellos le echaron en cara todo lo que otros decían. Estaban muriendo por sus esperanzas de un Mesías. Si Él era el Mesías, que se salve a sí mismo y a ellos al mismo tiempo.

Sin embargo, como sabemos por el Evangelio de Lucas, uno de ellos continuaría mirando a Jesús, y lo que vio lo haría finalmente venir a Él en arrepentimiento. Pero ese no es el mensaje que Mateo busca transmitir. Él está buscando retratar el hecho de que cada elemento de la vida judía estaba en contra de Jesús mientras estaba colgado en Su cruz, porque todos pensaban que habían ganado y habían demostrado de una vez por todas que Él era un engañador.

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