Mateo 8:18-22

Dos discípulos enfrentan el costo de seguir a Jesús (8: 18-22).

El mandato de Jesús a sus discípulos de prepararse para ir al otro lado del mar de Galilea ( Mateo 8:18 ) despierta la necesidad de que algunos de sus seguidores enfrenten la cuestión del discipulado. La pregunta ahora es, ¿lo seguirán hasta el final? Se nos dan dos como ejemplo. El primero es un escriba, un intérprete de la ley (aunque no necesariamente un fariseo), y el segundo es uno en quien Jesús tiene sus ojos, pero que está titubeando. Lucas nos habla de los mismos incidentes pero sin ponerlos en un contexto particular.

Análisis.

a Ahora, cuando Jesús vio grandes multitudes a su alrededor, dio el mandamiento de partir al otro lado ( Mateo 8:18 ).

b Y se acercó un escriba y le dijo: “Maestro, te seguiré adondequiera que vayas” ( Mateo 8:19 ).

c Y Jesús le dice: “Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos” ( Mateo 8:20 a).

d “Pero el Hijo del Hombre no tiene dónde reclinar la cabeza” ( Mateo 8:20 b).

c Y otro de los discípulos le dijo: “Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre” ( Mateo 8:21 ).

b Pero Jesús le dice: “Sígueme” ( Mateo 8:22 a).

a “Y dejar a los muertos para que entierren a sus propios muertos” ( Mateo 8:22 b).

Tenga en cuenta que en 'a' Jesús está saliendo del país, y en el paralelo le dice al discípulo que se vaya del país con Él y deje a los muertos para que entierren a sus propios muertos. En 'b' el Escriba declara que seguirá a Jesús dondequiera que vaya (incluso en territorio gentil) y en el paralelo Jesús llama a otro para que lo siga. En 'c' los zorros tienen madrigueras y los pájaros del aire nidos, cada uno tiene su hogar, y en el paralelo el discípulo quiere aferrarse a su hogar. En el centro de la 'd' está el hecho de que el Hijo del Hombre ha venido con humildad y sufrimiento.