1 Corintios 15:12

Demostrada la certeza de la resurrección.

Hay dos proposiciones proporcionadas por el Apóstol en nuestro texto, cada una abarca muchas verdades y puede dividirse en más. La primera es que si no hay resurrección de entre los muertos, entonces Cristo no resucitó, una proposición que asume o afirma que la resurrección de todos los hombres es una consecuencia necesaria de la resurrección de Cristo; de modo que probar uno es establecer el otro. El segundo, que si Cristo no resucitó, "nuestra predicación es vana y vuestra fe es vana", una proposición que claramente hace que el cristianismo no sea nada mejor que un engaño sin valor si lo tomas del artículo de la resurrección del Redentor.

I. Considere primero la conexión necesaria entre la resurrección de Cristo y la resurrección de todos los hombres. Si Cristo resucitó, no resucitó como individuo, sino como cabeza de toda la raza; La suya fue la resurrección de la naturaleza humana y, por lo tanto, todos los hombres deben eventualmente resucitar. Si, por otro lado, los muertos van a resucitar, Cristo debe haber resucitado; sólo pueden resucitar si la naturaleza humana ha sido redimida de su propia imagen oscura por la resurrección de Cristo.

Todos estarían de acuerdo en la afirmación de que si los hombres no han de morir, Adán no está muerto. Están obligados por el mismo razonamiento a asentir a la proposición de nuestro texto, que si no hay resurrección de los muertos, entonces Cristo no resucitó.

II. Considere lo indispensable de la verdad de la resurrección al valor del cristianismo. Si Cristo no resucitó, nosotros no resucitaremos. Pero si no nos levantamos, nuestra naturaleza aún no ha sido redimida, y el Mediador debe haber fracasado en la gran obra que vino a realizar. Si Cristo no ha asegurado una resurrección para el cuerpo, no puede haber asegurado la felicidad eterna para el alma. Si tuvo éxito, arrojó vida al polvo humano y rescató el espíritu humano; si fracasó, dejó tanto el alma en el infierno como el cuerpo en la tumba. Al abogar por la verdad de la resurrección, estamos abogando por todo el sistema cristiano.

H. Melvill, Penny Pulpit, No. 1502.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad