Ezequiel 14:12

El lenguaje del texto es digno de mención, porque habla de Noé, Daniel y Job salvando sus propias almas por su justicia; una forma de expresión a la que indudablemente muchas personas se opondrían si se usara en la actualidad; se diría que saborea la noción de salvación por obras y se opone a la doctrina de la justificación por la fe.

I. Para ilustrar el tema, notemos primero que si miramos la historia de los tres santos hombres mencionados en el texto, encontraremos que salvaron sus almas o sus vidas por su justicia. Es imposible negar que ciertos grandes bendiciones qué vienen a ellos, porque eran justos, y si no teníamos ninguna teoría religiosa en juego, que teníamos miedo de dañar, no podía temer decir que su rectitud los salvó.

Y es manifiestamente de acuerdo con nuestro propio sentido más profundo del derecho y la justicia que esto sea así; la noción de que las buenas acciones traerán una recompensa, y que las malas acciones traerán un castigo, es demasiado profunda para ser erradicada.

II. ¿Quién dirá con la descripción de nuestro Señor del juicio que tiene ante él, que el juicio final no será un juicio según las obras, que la justicia no salvará la vida a las almas? Si tenemos una visión realmente profunda de nuestra redención por medio del Señor Jesucristo, no tendremos miedo de hablar libremente como las Escrituras hablan acerca de la modalidad de nuestra salvación. Por un lado, las Escrituras dicen que el Señor Jesucristo ha dicho, nuestra propia conciencia dice, que el hombre que se aparta de su maldad y hace lo que es lícito y recto, salvará su alma con vida; nada puede interferir con este gran principio.

Al mismo tiempo, cuando un ser humano consciente de pecado se presente ante Dios, sentirá en lo más profundo de su corazón que su justicia es como trapos de inmundicia; sentirá que de ninguna manera puede salvarse a sí mismo, pero sabe que no depende de sí mismo, se presenta ante Dios como un redimido por Cristo, reclama la misericordia de Dios no porque haya cumplido con su deber, sino porque Cristo ha muerto.

Obispo Harvey Goodwin, Sermones parroquiales, tercera serie, pág. 33.

Referencias: Ezequiel 14:13 . W. McAll, Penny Pulpit, No. 104. Ezequiel 14:14 . H. Griffith, Christian World Pulpit, vol. xiii., pág. 401; Parker, Christian Commonwealth, 2 de septiembre de 1886. Ezequiel 14:19 ; Ezequiel 14:20 .

JW Burgon, Ninety-one Short Sermons, No. 81. Ezequiel 14:20 . Spurgeon, Sermons, vol. xxviii., nº 1651; Revista del clérigo, vol. xvii., pág. 151. Ezequiel 15:1 ; Ezequiel 15:2 .

Spurgeon, Sermons, vol. iii., No. 125. Ezequiel 15:2 . Ibíd., Morning by Morning, pág. 22. Ezequiel 16:1 ; Ezequiel 16:2 . Ibíd., Sermones, vol.

vi., núm. 323. Ezequiel 16:5 ; Ezequiel 16:6 . Ibíd., Vol. viii., No. 468.

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