Hechos 16:40

El Evangelio traído a Europa.

Tenemos en esta historia:

I. La vieja lección del poder de las cosas pequeñas, o mejor dicho, el poder del corazón ferviente y el propósito firme que obra por medio de las cosas comunes. Aunque el Apóstol ha venido por sanción divina a la famosa Filipos, viene como un viajero ordinario, sale tranquilamente a las orillas del riachuelo, donde ha escuchado que hay oración, y aun así no predica, sino se sienta y habla con las mujeres que escuchan.

Cuántos cristianos todavía no tienen otra oportunidad que esta, y no podrían aprovechar una mayor si se les diera. Todo lo que pueden hacer es hablar con algunas personas sencillas, mujeres u hombres, o jóvenes. ¡Pero cuán grandiosos pueden ser los resultados! ¡Cómo uno llega a ser muchos, y la sencillez se vuelve grandeza! No llames nada pequeño, no llames nada común; si puedes hablarles a los demás mortales de la gracia de Cristo y del amor del Padre, debes saber que estás en la fuente de los ríos de la vida inmortal.

II. Es notable que el primer converso europeo sea una mujer. Lydia es una especie de Jerusalén personal, es la madre de todos nosotros. Ella está aquí en la puerta del continente occidental, es la primera en recibir la bendición y enviarla. En ese hecho tenemos la promesa y el comienzo real de la elevación de la mujer. Ya no debe ser esclava, esclava, juguete del hombre. Ella entrará en el reino a su lado. El evangelio de Cristo es un reino de almas, de sacrificios, de virtudes; y están en lo más alto los que tienen la fe más sencilla, las mayores obras de caridad, los corazones más tiernos.

III. Tenemos en la liberación de la esclava otra circunstancia típica y profética. Casi universalmente se admitiría que las dos revoluciones sociales más importantes producidas por el cristianismo son la mejora de la condición de la mujer y la abolición de la esclavitud. Y aquí en Filipos tenemos tanto el segundo como el primero.

IV. La conversión del carcelero, probablemente un soldado romano, apunta a la influencia que la religión cristiana estaba destinada a ejercer sobre la ley y las instituciones políticas y las idolatrías y gobiernos civiles imperantes. Esta conquista sobre un soldado y siervo de Roma es indicativa de la sujeción del gran imperio bajo el dominio de la Cruz.

V. El orden de las conversiones es digno de mención. El prosélito, el griego, el romano que ha sido el orden de difusión del cristianismo en todo el mundo; y es así en principio en este día. Esperamos nuestros primeros éxitos entre aquellos que han tenido algunas ventajas religiosas, los próximos entre los susceptibles y los últimos entre los hombres del mundo.

VI. Observe también la reconocida importancia de la familia en esta maravillosa narrativa. Hay tres conversos y dos de ellos traen consigo sus hogares. La familia debe ser, en el plan de Dios, un todo orgánico, no un número de individualidades separadas y discordantes.

VII. Finalmente, Jesucristo se destaca aquí, como en todas partes, para ser adorado, confiado, amado y seguido. Cree en Él y serás salvo. Hónralo y Él te honrará. Ábrele tu casa, y la llenará con la fragancia de su presencia.

A. Raleigh, Desde el amanecer hasta el día perfecto, pág. 265.

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