Isaías 57:15

I. Un corazón contrito no significa simplemente un corazón quebrantado; significa más. Significa literalmente un corazón aplastado, un corazón molido a polvo. No puedes tener una palabra más fuerte. Fue este corazón el que Dios quiso engendrar en estos judíos rebeldes. Un corazón como el de Isaías, cuando dijo, después de haber visto la gloria de Dios: "¡Ay de mí! Porque soy hombre de labios inmundos, y habito en pueblo de labios inmundos". Un corazón como el de Jeremías, cuando dijo: "Oh, si mi cabeza fueran aguas y mis ojos fuente de lágrimas". Un corazón como el de Daniel, cuando confesó ante Dios que a él y a todo su pueblo le pertenecían la vergüenza y la confusión de rostro.

II. Para Dios, un día es como mil años. En un día de amarga miseria, Él puede enseñarnos lecciones que nosotros mismos no podríamos aprender en mil años de lectura y estudio, o incluso de oración. En el dolor, está haciendo un trabajo corto con nuestros espíritus. Él muele los corazones hasta convertirlos en polvo, para que sean quebrantados y contritos ante Él; pero solo para que Él pueda sanarlos; para que de los fragmentos rotos del duro, orgulloso y autoengañoso corazón de piedra pueda crear un nuevo corazón de carne, humano y manso, humilde y sencillo.

Y luego Él regresará y tendrá misericordia. Él mostrará que no desea que nuestro espíritu falle ante Él, sino que crezca y florezca ante Él hasta la vida eterna. Nos mostrará que estaba más cerca cuando parecía más lejano; y que precisamente porque Él es el Altísimo y excelso que habita en la eternidad, cuyo nombre es Santo, que habita en el lugar alto y santo, por eso mismo habita también con el corazón humilde y contrito, porque sólo ese corazón puede confesar Su la altura y su propia bajeza confiesan su propio pecado y su santidad; y así puede aferrarse a Su majestad por fe, y participar de Su santidad por la inspiración de Su Santo Espíritu.

C. Kingsley, Town and Country Sermons, pág. 302.

Referencias: Isaías 57:15 . J. Oswald Dykes, Christian World Pulpit, vol. ii., pág. 52 (ver también Old Testament Outlines, p. 237; C. Kingsley, The Good News of God, p. 370; Pulpit Analyst, vol. Iii., P. 592; C. Molyneux, Penny Pulpit, Nos. 280, 281 ; G. Brooks, Outlines of Sermons, págs.

43, 142; E. Blencowe, Plain Sermons to a Country Congregation, primera serie, p. 74; Revista del clérigo, vol. x., pág. 147. Isaías 57:16 . D. Moore, Penny Pulpit, nº 3087; G. Brooks, Outlines of Sermons, pág. 142. Isaías 57:16 .

Spurgeon, Sermons, vol. xxv., No. 1490. Isaías 57:18 . Ibíd., Vol. xxii., nº 1279; Ibíd., Evening by Evening, pág. 245. Isaías 57:19 . Ibíd., Sermones, vol. xxvi., núm. 1558; G. Brooks, Outlines of Sermons, pág. 143. Isaías 58:2 . Ibíd., Pág. 262.

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