Juan 10:14

El pastor de la oveja

Dos cosas surgen para consideración en este versículo (1) El buen Pastor en Su relación como tal; (2) Su obra.

I. El Pastor tiene una relación doble; por un lado, a Aquel cuyo pastor es por nombramiento autoritario, y, por otro lado, a los que son sus ovejas, por dádiva gratuita en el evangelio, y por apropiación personal en el ejercicio de la fe, obrada en ellos por el espíritu. (1) Las ovejas son entregadas a Jesucristo por el Padre; y, como regalo del Padre, los conoce. Los tiene como un encargo sagrado, una posesión preciosa.

Los tiene cerca de Él; Los tiene en Su corazón, en Su mano. Nadie los arrebatará de su mano. (2) Jesús sabe que las ovejas escuchan su voz que lo sigue. No puede dejar de cuidarlos; No puede dejar de recordarlos. Los conoce por el conocimiento íntimo de todas sus enfermedades, por la simpatía hacia ellos en todos sus dolores.

II. Obra del Buen Pastor. Es el dar su vida por las ovejas. (1) Al ver esta obra a la luz de su relación con el Padre, podemos ver en ella una parte principal, o más bien la coronación y la instancia culminante, la esencia concentrada, por así decirlo, de esa perfecta obediencia por la cual Él cumplió todos justicia. Por lo tanto, es de suma importancia considerar el evento único de la muerte y resurrección del Señor como la señal segura, la prenda y el sello del entendimiento completamente bueno que existe entre Él, como su pastor, y el Padre, a quien en esa capacidad Él sirve. .

Él es fiel a Aquel que lo nombró fiel para siempre hasta la muerte. (2) Viendo su muerte a la luz de su relación con las ovejas, por quienes, en obediencia al Padre, da su vida, debe considerarse como parte principal, consumación y esencia de su pasiva. obediencia y justicia Su sacrificio propiciatorio o expiatorio. Él da su vida por las ovejas, no solo como el siervo obediente del Padre, sino como representante y fianza de las ovejas.

Su vida se da gratuitamente; se establece voluntariamente; no puede ser exigido por ningún derecho: no por derecho de juicio, porque no hay pecado; no por derecho de conquista, porque aun cuando fue crucificado por la maldad, vivió por el poder de Dios, y tuvo legiones de ángeles bajo su mando.

RS Candlish, El evangelio del perdón, p. 53.

Referencias: Juan 10:14 . E. Cooper, Practical Sermons, vol. i., pág. 276; TJ Rowsell, Church Sermons by Eminent Clergymen, vol. i., pág. 379. Juan 10:14 ; Juan 10:15 .

Spurgeon, Sermons, vol. xxxii., No. 1877. Juan 10:15 . Púlpito contemporáneo, vol. xi., pág. 29 3 Juan 1:10 : 15, Juan 10:16 . H. Platten, Christian World Pulpit, vol.

xvi., pág. 248. Juan 10:16 . Spurgeon, Sermons, vol. xxix., nº 1713; J. Keble, Sermones desde el Día de la Ascensión hasta la Trinidad, p. 314; J. Vaughan, Fifty Sermons, séptima serie, pág. 83.

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