Malaquías 3:1

Interpretando esta predicción por el evento, leamos lo que dice,

I. En cuanto a la manera de la venida del Salvador. (1) Iba a venir anunciado por un precursor. (2) Iba a venir a cumplir una gran comisión. (3) Iba a venir de repente.

II. Considere lo que se dice de cierta obra que el Mesías iba a realizar. Mirando el texto, encontramos que nos presenta: (1) La severidad de las pruebas por las cuales los cristianos pueden ser llamados a pasar. Es una prueba de fuego. El fuego es el símbolo de todo lo que nuestra naturaleza más rehuye, pero es el símbolo de lo que nuestra naturaleza debe atravesar. (2) La agencia por la cual se lleva a cabo el juicio.

Es el Señor; Por tanto, no deje que nadie le falte el corazón: "Él" hará todo esto. ( a ) Solo él lo nombra. ( b ) Solo él lo efectúa. ( c ) Está presente durante todo el desarrollo del juicio. (3) La utilidad del juicio. ( a ) Es un signo de preciosidad. Nunca intentas aquello que es incuestionablemente inútil. ¿Echas una piedra en el crisol? ¿Aventas paja? ¿Aras una roca? Mientras el Refinador está sometiendo la escoria al alto calor de la adversidad, es sólo porque, mezclada con ella, detecta una partícula divina que costó el sacrificio del Calvario, que trasciende el valor de los mundos, y que está destinada a brillar eternamente.

( b ) Es una prueba de autenticidad. El juicio es el gran revelador del carácter, el verdadero analista de la vida. Hay profundidades de carácter desconocido en todos nosotros. "Nadie sabe lo que es hasta que es juzgado". ( c ) Es un medio de purificación. El polvo, las piedras, los granos de arena que el fuego encuentra en la plata no los dejará allí. ( d ) Es un preparativo para el servicio. Los poderes de gran utilidad no se pueden educar de otra manera.

Se desconocen los poderes de resistencia, donde no ha habido nada que soportar. Los poderes de gobernar pertenecen únicamente a aquellos que han aprendido a gobernar aprendiendo a obedecer. ( e ) Es el precursor de la gloria. Aférrense al credo gozoso, tan radiantemente distinto en nuestra revelación del Evangelio, que solo la prueba pertenece a la tierra, solo la gloria pertenece al cielo; que, "ausente del cuerpo", el alma está inmediatamente "presente con el Señor".

C. Stanford, Símbolos de Cristo, p. 175.

Referencias: Malaquías 3:1 . W. Jay, Jueves Penny Pulpit, vol. iv., pág. 37. Malaquías 3:1 . Homiletic Quarterly, vol. iv., pág. 397. Malaquías 3:2 . Revista del clérigo, vol. xii., pág. 31; Spurgeon, Mañana a mañana, pág. 289; J. Keble, Sermones para los días de los santos, pág. 133.

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