Mateo 10:2

¡Una mera lista de nombres! Se puede hacer mucho con una lista de nombres, pero depende de quiénes sean. Hay un Libro que no contiene más que nombres. Ese Libro interesaría al universo si se abriera y se leyera "el Libro de la Vida del Cordero". Podemos mirar a estos hombres

I. Oficialmente. Son seleccionados, escogidos, apartados por Cristo como apóstoles. (1) Lo primero que se sugiere aquí son los maravillosos resultados que surgieron de esta selección y el gran hecho del que surgió. (2) La segunda cosa es que el poco poder que naturalmente parece haber tenido en estos hombres ha producido grandes resultados. En general, eran hombres respetables, de buena educación común, pero no cultos; hombres sin rango; algunos de ellos tenían un poder natural, una energía ruda, una facultad del habla, por lo que podemos concluir, cuando los encontramos llamados "Hijos de la consolación" o "Hijos del trueno". (3) En tercer lugar, está la lista completa; Doce hombres son seleccionados y ordenados, todos ellos, y sin embargo, comparativamente pocos de ellos se destacan en gran medida y en toda su extensión en la historia.

II. Personalmente. Podemos leerlo como una lista de personas en la sociedad y en la Iglesia. Note (1) cómo el Evangelio abraza a personas de diferente temperamento y gustos; sin embargo, todos son mirados por los ojos del Padre amoroso, y todos son parte de la única Iglesia. Aquí está Peter, con su osadía y, sin embargo, su cobardía; John, con su sensibilidad; Natanael, con su costumbre de jubilarse. (2) Otra cosa que debe observarse aquí es cómo la buena causa se puede promover mediante la relación, la amistad, la hermandad.

Hay tres pares de hermanos en esta lista. (3) Se podría hacer un catálogo a partir de un libro de la Iglesia de aquellos cuyas vidas anteriores habían sido bastante cuestionables. Observe cómo podemos entender que el cristiano se apacigua con la edad. La mejor naturaleza llega a desarrollarse y las imperfecciones se desprenden y desaparecen. Lo mismo ocurre con el verdadero hombre; crece en Cristo.

T. Binney, Christian World Pulpit, vol. ii., pág. 8.

Referencias: Mateo 10:2 . FW Farrar, Christian World Pulpit vol. xxii., pág. 312. Mateo 10:3 . J. Foster, Christian World Pulpit, vol. xi., pág. 403; Preacher's Monthly, vol. iv., pág. 171; Expositor, tercera serie, vol. i., pág. 79; H. Melvill, Penny Pulpit, No. 1.964. Mateo 10:4 . Homiletic Quarterly, vol. iv., pág. 105.

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