EL EVANGELIO

"Hermanos, os declaro el Evangelio".

1 Corintios 15:1

¡El Evangelio! ¡Qué familiares son las palabras! ¡Qué gran cosa es el Evangelio! La buena noticia que nadie se hubiera enterado jamás por sí mismo. Las buenas nuevas enviadas directamente desde el cielo. El gran fundamento sobre el que debe descansar toda enseñanza es el Evangelio de nuestro Bendito Señor. Es un depósito de la verdad sagrada revelada por Dios y transmitida a Su Iglesia para que se guarde con seguridad. Somos simplemente fideicomisarios de este Evangelio.

Es un evangelio de misericordia. Hay tres puntos al respecto.

I. Su eficacia. —'El evangelio que habéis recibido, y en el que estáis firmes. ' Los primeros cristianos recibieron este gran mensaje de la verdad de Dios como si no viniera del hombre. No era el Evangelio de San Pablo; simplemente se lo entregó. Su propio testimonio no pudo mejorarlo. Este mensaje lo recibió la gente, y sobre la fuerza y ​​la verdad de este mensaje se mantuvieron firmes. Así que el cristiano de hoy primero recibe este mensaje para sí mismo, y luego se apoya en él como si fuera un fundamento.

II. Su sencillez. —Hay tres puntos principales en el Evangelio: que Cristo murió por nuestros pecados, fue sepultado y resucitó. La muerte de Cristo es de suma importancia. Vino al mundo para poder ofrecer ese misterioso sacrificio por los pecados del mundo entero. Luego, el entierro de Cristo certificó su muerte. Realmente murió. La resurrección certificó la suficiencia de esa muerte. Triunfó sobre la muerte y la convirtió en el sirviente del hombre en lugar de su amo. El Evangelio no es una cuestión de filosofía, sino una simple declaración de hecho.

III. Su confiabilidad. —Estos simples hechos merecen investigación, pueden probarse. Todos los discípulos presenciaron la resurrección. Tal es el Evangelio de la misericordia, el gran mensaje de la obra redentora de nuestro Salvador.

-Rvdo. GF Smythe.

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