EL MENSAJE DE DIOS EN TIEMPOS MALOS

'Así dice el Señor'.

Miqueas 2:3

I. Si el capítulo anterior trata sobre los pecados contra la primera tabla de la ley, este trata sobre los pecados contra la segunda. —Se representa a los hombres inventando el mal para sus vecinos, codiciando sus bienes y oprimiendo a sus personas. Por tanto, Dios idearía el mal contra ellos. Y como no querían Su yugo de misericordia, deberían llevar el de juicio pesado. Tan absoluta iba a ser la devastación de la tierra, que la herencia ya no debería descender de padres a hijos, ni ser medida por suertes; y tan empedernido sería la rebelión del pueblo contra Dios, que ya no soportarían escuchar las palabras del verdadero profeta.

II. Jehová protesta diciendo que no es su deseo que se obtengan tales cosas. —No fueron obras suyas. Solo quería hacer el bien a los que caminaban rectamente. Pero la gente había perdido absolutamente todo derecho sobre Él. Habían privado a los indefensos de las túnicas que usaban junto a su piel; se habían aprovechado de las viudas y los huérfanos en su angustia; y por lo tanto se les había emitido la sentencia de levantarse y partir, de ir al cautiverio, ya que Canaán ya no podía ser su lugar de descanso. A los hombres borrachos se les ofreció al pueblo pecador como sus profetas, ya que rechazaron la verdad.

III. Sin embargo, Dios restauraría a su pueblo. —Les abriría paso a través de las puertas de las ciudades amuralladas en las que estaban encarcelados y los conduciría de regreso a su propia tierra. Nuestro Rompedor es el Señor Jesús, quien abrió un camino para nosotros desde la prisión de la muerte, y sólo tenemos que seguir a Aquel que pasa delante de nosotros, el Señor a nuestra cabeza.

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