He declarado las cosas anteriores desde el principio

La probabilidad y el uso de predicciones inspiradas.

I. Es muy claro que CUALQUIER SER QUE SE DISTINGUE POR ENCIMA DE OTROS DEBE SER EXALTADO YA POR EL CONOCIMIENTO O POR EL PODER, O POR AMBOS. Entonces, si Dios ha de darse a conocer a Sus criaturas, debe ser mediante algunas demostraciones de este tipo: con poder, haciendo aquellas cosas que ellos no pueden hacer; o por el intelecto, dando a conocer aquellas cosas que no pueden conocer. Hay una ventaja en estas demostraciones de Dios por medio del conocimiento, que dicen cosas que no podríamos saber de otra manera: que se dirigen a nuestro juicio.

Los milagros parecen asombrarnos; se puede suponer que nos saquen de nuestro sereno dominio propio y nos desconcerten con sus maravillas; pero las profecías abordan con frialdad nuestro juicio, sin perturbar nuestras pasiones, y nos permiten ejercitar nuestra razón en la reflexión sobre estos descubrimientos de la gran Mente superior. Aunque no podemos decir exactamente qué preferencia vamos a dar a uno u otro, algunas mentes están más impresionadas con las demostraciones de poder en los milagros, otras más con las demostraciones de conocimiento en las predicciones, sin embargo, podemos ver fácilmente que estas pueden coincidir y ayudarse unos a otros.

¿No es probable que Dios se dé a conocer al hombre? Pero, ¿no es igualmente probable que si nos habla de un futuro y una eternidad, utilizará algún método para convencernos de que lo que así nos dice es verdad y seguramente se cumplirá?

II. LOS USOS DE LAS PREDICCIONES INSPIRADAS. Estos son varios; muchos de ellos aún tenemos que descubrir.

1. Un uso muy importante de las predicciones inspiradas de las Escrituras es que debe estudiar el Libro que las contiene.

2. Debes vigilar Su providencia, para que puedas ver cómo cumple Su Palabra. El que mira las providencias, nunca querrá que las providencias miren.

3. Debes aprender de ahí a admirar y adorar la omnisciencia, la fidelidad y la verdad de Dios.

4. Espere todo lo que Dios ha predicho tanto por el tiempo como por la eternidad. ( J. Bennett, DD )

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