¿No llora la Sabiduría?

La personificación de la sabiduría

Cualquiera que haya sido la satisfacción experimentada por las mentes devotas al leer este capítulo, como si contuviera las palabras de Cristo y la evidencia de Su Divinidad preexistente, no me atrevo a retener lo que creo que es el verdadero principio de interpretación.

Las objeciones a su significado de Cristo, o el Verbo, antes de que se hiciera carne, cuando “en el principio estaba con Dios y era Dios”, son para mí absolutamente insuperables. Por ejemplo--

1. Debe notarse que el pasaje no se aplica así en ninguna parte del Nuevo Testamento. Si algún escritor del Nuevo Testamento hubiera aplicado expresamente alguna parte del capítulo al Hijo de Dios, esta habría sido una clave que no podríamos haber tenido la libertad de rechazar.

2. La sabiduría aquí es un personaje femenino. Todo el tiempo este es el caso. Ahora, bajo tal punto de vista, las Escrituras en ninguna otra parte, en ninguna de sus representaciones figurativas del “Cristo”, jamás lo describen o presentan de esta manera.

3. La sabiduría no parece concebida como una designación personal, en la medida en que está asociada con varios otros términos, de importancia sinónima, o al menos correspondiente.

4. El conjunto es una personificación audaz y sorprendente del atributo de la sabiduría, que subsiste en la Deidad (ver el versículo 12: “La sabiduría habito con la prudencia y descubro el conocimiento de las invenciones ingeniosas”).

5. Las cosas que son verdaderas de un atributo divino naturalmente serían susceptibles de ser aplicadas a una persona divina. ( R. Wardlaw. )

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