Bendito sea el Señor, que no nos entregó por presa a sus dientes.

Acción de gracias por la liberación

1. Es nuestro deber, después de librarnos de los peligros, reconocer no solo el poder de Dios para con nosotros, sino también su bondad para con nosotros, y reconocerlo como la fuente de toda bendición en esa ocasión (versículo 6).

2. Así como los enemigos de la Iglesia son superiores a ella en fuerza mundana, así también en política, astucia e ingenio mundano, como el cazador es más astuto que el pájaro.

3. Cuanto espantoso es el peligro, dulce y gozosa la entrega (versículo 7).

4. Es tan fácil para Dios liberar a su pueblo de las manos de sus enemigos, incluso cuando tienen a los piadosos en su poder, como romper una red hecha de hilo o estambre, con la que se capturan los pájaros.

5. Los frutos más bellos de nuestra experiencia pasada es glorificar a Dios confiando en Él en el futuro.

6. Entonces, nuestra confianza en Dios ha de ser liberada del mal, cuando consideramos la omnipotencia del Señor manifestada en la creación del mundo, y sostenida por Su Palabra para nosotros: porque tanto enseña el salmista, cuando hace mención del nombre del Señor, y de la obra del Señor, al profesar su confianza. ( D. Dickson. )

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