Porque no se apoderaron de la tierra por su propia espada, ni su propio brazo los salvó; sino tu diestra y tu brazo y la luz de tu rostro, porque has tenido favor para ellos.

Dios, la fuente de todo éxito

El tema de este versículo es la conquista de Canaán por Israel. Enseña que ...

I. La cooperación de Dios es esencial para el éxito de toda obra correcta. Vea esto en la agricultura; en la difusión del Evangelio.

II. El espíritu de la verdadera piedad siempre estará listo para reconocer esto.

III. Tal reconocimiento ayuda a nuestro propio éxito. La alabanza, como la oración, nos ayuda ya que honra a Dios. Nuestro éxito en toda buena obra depende en parte de usar nuestra propia espada, de usar nuestro brazo y dejarlo desnudo; pero depende igualmente de que no confiemos en ninguno. “Confíen en el Señor para siempre, porque en”, etc. Aplique el texto retrospectivamente a todos los éxitos que hemos tenido; prospectivamente a todo lo que esperamos, y confiemos en el amor de Dios, porque sin eso no tenemos una fuerte confianza. ( S. Martin, MA )

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