En esto sabemos que habitamos en él, y él en nosotros, porque nos ha dado de su Espíritu.

Ver. 13. Él nos ha dado de su Espíritu ] Es decir, de los frutos de su Espíritu, sus santos movimientos y gracias. Porque a través de los dos tubos de oro, las dos ramas de olivo vierten de sí mismos los aceites de oro de todas las gracias preciosas, en el candelero, la Iglesia.

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