Y el rey David dijo: Llamadme al sacerdote Sadoc, al profeta Natán y a Benaía hijo de Joiada. Y llegaron ante el rey.

Ver. 32. Y Natán el profeta. ] David estaba tan lejos del odio a la verdad, que amó más a Natán por su trato sencillo mientras vivió, le dio libre acceso a su dormitorio y ahora lo nombra comisionado para la declaración de su sucesor.

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