Entonces Betsabé se inclinó rostro en tierra, hizo reverencia al rey y dijo: Viva mi señor el rey David para siempre.

Ver. 31. Viva mi señor el rey David para siempre, ] es decir, viva lo sumo. Agripina apresuró la muerte de su marido, el emperador Claudio, para que su hijo Nerón pudiera triunfar: sí, gritó Occidar, modo imperet. Pero la buena Betsabé no se apresuró tanto.

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